Ya sé que estoy rara  y ya sé que soy sola,

ya me escribieron y me describieron, porque no se nace se deviene y no tanto se hace como se es hecha y deshecha 

“mujercita violín, muchacha espiga, bengalita y volcán, aunque me olvides jamás te olvidaré” 

entre otras promesas dolosas golosas dolorosas así tan melosas y pegajosas 

en todos los sentidos del vértigo de la monotonía

«una mina que se adueñaba de todas las luces de las esquinas se piantó de todas las palabras del verso fácil y con el tiempo empezó a transformarse en el significado mismo del signo mirada»
mezclados sinsentidos entreverados
entre otros entrecomillados

muchas

ríos de tinta ácida invisible que se lee solamente si la quemás con una plancha hirviendo

ya fui escrita y ya leí entre las llagas lo que estoy y cómo soy según todos lo que fui

la francesa y el suspiro, breve ya grité no me quiero morir ya pasé

los treinta años, ninguna guerra Acabó Con Todas Las Guerras

-a veces me parece que hace más de treinta años-

y ya me aterró una luciérnaga y no sabía por qué

porque ya sé que estoy rara y  ya sé que soy sola, y  ya sé que “el to be bifurca” y que ya no sé si es ser o es estar.

 

Me cambian los verbos, 

Se trancan los dientes,

Me sellan los labios

hermética

empiezo a hablar se dice así 

delirante

impecable

rigurosa

descontrolada

por las letras y no por la boca.

 

Entreveradas, aturdidas,

rabiosas y retorcidas,

un puntito un chino

son millones.

Brillantes, 

se disparan y rebotan ricochet

fire away fire away,

atomitos dando vueltas enredadas

insistentes imposibles

y no puedo

no puedo hoy con ellas

tampoco.